Si quieres tener paz de espíritu, utiliza los ojos, los oidos y la boca con precaución.
Las ocho leyes mentales:
- Ley de causa y efecto. Conocida en Oriente como la ley del karma: lo que sembramos es lo que recibimos. En base a esta ley, debemos comprender que si en ocasiones la gente nos envía energía que no es muy agradable, quizás se debe a que en otro momento les enviamos ese tipo de energía, aunque haya tardado en regresar.
- Ley del enfoque y la atención. Lo que sucede al prestar más atención a las dificultades y problemas es que alimentamos ese tipo de pensamientos con nuestra atención, con lo cual, atraemos esas situaciones hacia nosotros. Cuando nos centramos en buscar soluciones a los problemas y dificultades con una actitud positiva y entusiasta, atraemos energía positiva hacia nostros, y eso nos ayuda a transformar montañas en granos de arena.
- Ley del autocontrol. Cuando intentamos controlar a otra persona, estamos destinados a fracasar, a sentirnos frustrados y estresados. Si somos capaces de tener soberanía sobre nuestro ser, seremos más responsables de nuestros pensamientos y sentimientos. Tenemos la capacidad de elegir cómo responder ante las diferentes situaciones y personas que se cruzan en nuestra vida. Si ejercemos poco control sobre nuestros pensamientos y emociones, fácilmente caeremos en el victimismo, y señalaremos a otros culpándoles y haciéndoles responsables de cómo nos sentimos. Si olvidamos que somos los creadores de nuestros pensamientos, estamos entregando el control a aquellos que nos influyen, critican, atacan o difaman.
- Ley de la creencia. Hay creencias positivas que nos acercan a las metas que nos proponemos; otras creencias, las negativas, nos apartan de la felicidad y la tranquilidad. Ser conscientes de ellas y reflexionar si son unas u otras para cambiarlas es algo que está en nuestra mano.
- Ley de correspondencia. Como es por fuera, es por dentro. Si queremos que nuestras relaciones mejoren y haya más estabilidad y armonía en nuestras circunstancias externas, en nuestro interior, y, a partir de ahí, todo lo demás se irá arreglando.
- Ley de la expectativa. Si tienes fe y confianza en que algo suceda, se convertirá en una profecía de obligado cumplimiento. Esta ley tiene su equivalencia en el llamado efecto Pigmalión, según el cual las expectativas que tengamos hacia alguien, ya sean positivas o negativas, influyen realmente en esa persona con la que nos estamos relacionando.
- Ley de la atracción. Cuando en tu mente generas una visión muy fuerte y clara de aquello que quieres conseguir en tu vida, y la llenas de energía mental positiva y adecuada, a partir de ese momento, empezarás a atraer las circunstancias, personas, situaciones y oportunidades que te van a ayudar a convertir esa visión en una realidad. Las reglas de la atracción:
- Crea tu sueño.
- Identifica tus metas, objetivos y tareas.
- Conviértete en un imán. Puede que las señales no sean directas, pero búscalas pacientemente y no las dejes escapar cuando aparezcan.
- Ley de la entrega. Según lo que piensa tu mente de forma consciente, adoptarás la forma a la que te has entregado.
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