viernes, 18 de marzo de 2011

La velocidad

Hoy he barruntado en varias ocasiones si escribir las sandeces que se me ocurren o no. La primera ha sido a las tres de la mañana. Últimamente duermo a intervalos de unas tres horas. ¡Oh my god! ¡El número tres otra vez! La Pinta, la Niña y la Santa María. Me pregunto si en algún lugar de esta puta bola a la que llamamos mundo habrá lugar para las rivalidades entre mi yo afortunado y mi yo truncado. La bobina de hilo se extiende. Pero ¿cuántos de vosotros no os preguntáis varias veces al día "¿Qué?" escuchando a algún pobre idiota hablar de algo que no tienen ni idea sólo por el hecho de tener el micrófono delante? No me extraña. Somo tantos los pobres idiotas... Yo mismo, aquel 21 de diciembre en el que me vi caer desde un séptimo piso, me puse a bociferar frente a ese guapetón que tenía delante. Ahora ya no sé ni lo que le decía. Pero da igual. El caso es que, pese a quien pese, los idiotas existimos. Y, además, estamos orgullosos de serlo. Plas, plas, plas...

2 comentarios:

VolVoreta dijo...

Plas, plas, plas, me sumo, también me da por escribir a altas horas, con el cansancio a cuestas, la energía disminuida pero con el coco totalmente despierto, y luego me sale lo que sale. A veces quiero renunciar a ello, pero...se está tan bien!

Te dejo un beso, Pulala.

Pulala dijo...

¡Jajajja!
Es el tío éste el que dicta, no yo.
Que conste.
Besazos, Volv